Nacido en 315, educado en Jerusalén, ordenado sacerdote por El obispo de esta ciudad, Máximo, en 345, famoso catequista entre 347 y 348, San Cirilo (m. en 386) estaba destinado a suceder al obispo Máximo en la gran sede episcopal palestinense en 351. Además de dar a la tradición literaria teológica del siglo IV sus memorables Catequesis (v.), San Cirilo dejó escritos menores apologéticos.
Hay que señalar entre éstos una carta dirigida al emperador Constancio sobre el milagro que se comprobó en Jerusalén el 7 de mayo del año 351, es decir, la prodigiosa aparición de una inmensa cruz resplandeciente. Hay que recordar también fragmentos de homilías menores y, finalmente, una homilía conservada íntegra sobre la fiesta de la purificación de María. Junto a las Catequesis, estas obras menores de san Cirilo se publicaron en el vol. XXXIII de la Patrología (v.) de Migne.
E. Buonaiuti