Discurso atribuido a Lisias (4459-378 a. de C.) de cuya autenticidad dudan la mayoría de los autores. Se cree que este discurso, lejos de haber sido declamado públicamente fue compuesto como ejercicio, según el modelo de los de Sócrates entre los años 380-371 a. de C. Aristóteles es el primero que lo cita, sin nombre de autor, y la atribución a Lisias debió de ser posterior.
En él el orador exalta a los combatientes caídos en defensa de Corinto en la guerra contra los espartanos; pero más que atenerse a los hechos del argumento, trata de generalidades, celebrando la estirpe de los atenienses desde su primer rey, Teseo, hasta el recentísimo Trasíbulo, enriqueciendo el tema con vivas digresiones de sentimiento civil y con sentencias graves y espléndidas, según las normas de la gran oratoria de los siglos V-IV. El estilo refleja el aticismo puro de la época que encabezan substancialmente Lisias y su escuela.
I. Cazzaniga