[Essais critiques de H. F. Amiel]. Con este título Bernard Bouvier compiló y publicó en 1932 un denso grupo de páginas críticas de Henri-Frédéric Amiel (1821-1881). Este libro tiene notable importancia, porque con él se aclara toda la actividad intelectual del célebre autor de los Fragmentos de un diario íntimo (v.). Se trata de ensayos en su mayoría breves, notas crítico filosóficas en parte inéditas y en su mayoría dispersas en los periódicos de la época o publicadas en opúsculos de limitadísimo número de ejemplares. Toda esta materia se podría dividir en dos grupos: una sección de esbozos de crítica literaria o estética, y otra de ensayos y artículos de tono preferentemente filosófico político.
Pertenecen al primer tipo una porción de notas sobre escritores contemporáneos, además de los ensayos «Del Naturalismo y del Idealismo en el arte», «De la balada histórica», «Ronsard y Malherbe», «De lo bello en la Naturaleza, en el arte y en la poesía», etc. Como crítico literario Amiel muestra las mismas características que en su «Diario»: indeciso, oscilante, excesivamente sugestionable por las impresiones del momento, crítico refinado, profundo psicólogo, pero desorientado y vacilante frente a problemas de índole general irremediablemente incapaz de tomar una posición. Al otro grupo pertenecen escritos mucho más importantes. En el ensayo sobre la Evangelina (v.) de Longfellow, Amiel no habla apenas de poesía: sitúa la obra en el clima social de la época, y saca conclusiones de singular agudeza sobre la antigua América, la de los pioneers que va desapareciendo ante las formas de vida de los tiempos nuevos.
En otros ensayos vemos a Amiel convertido en un fino psicólogo de la vida social: «Berlín en la primavera del 1848», «Del movimiento literario en la Suiza romanche», «Sobre la libertad…». Se revela en ellos un escritor sensibilísimo para la influencia de las ideas sobre fenómenos sociales, dispuesto a reconocer las características peculiares de una raza, de un pueblo, de una comunidad; lo bastante aristocrático para substraerse a las sugestiones del materialismo histórico invasor, pero lo suficiente experto en la vida de su ciudad para saber valorar el peso de los intereses prácticos y de los prejuicios de casta en el juego de la lucha social. Son páginas notables por su valor de pensamiento y nos dan una imagen, algo diferente de la tradicional de este sugestivo escritor dotado de extremada finura analítica, morbosamente oscilante en medio del fugitivo juego de un pensamiento de excepcional movilidad, y con todo resueltamente empeñado en una delicada investigación que le conduce a la lúcida precisión de sentencias definitivas.
M. Bofantini