[Saggio del gusto e delle belle arti]. Se publicó como apéndice de los Ensayos políticos en la edición de 1806 y fue compuesto después del Discurso sobre el origen y la naturaleza de la poesía (v.), en 1797. Con el gusto, Pagano identifica la facultad creadora artística, mediante la que el hombre, «ese atrevido émulo de la naturaleza, da la vida a nuevas formas y vagas producciones». Para esta creación, el hombre saca la inspiración y el motivo de la naturaleza, la supera y capta, en el individuo, lo universal; en el reconocimiento de este universal propio del arte consiste el placer estético. A estos principios de carácter general siguen muchas otras consideraciones de origen literario y de índole diversa, como la de identificar lo bello en el horaciano «simplex et unum» y en el aristotélico «justo medio».
Pagano pasa después a distinguir entre artes imitativas de la armonía exterior (pintura, escultura, arquitectura) y las que captan la armonía íntima, es decir, poesía y música; y, por fin, recuerda que la identificación, por los griegos, de lo bello con lo bueno está en la concepción de la representación artística como unidad armónica, como íntima armonía de las cosas. En el ensayo se trata del refinamiento del gusto; de las varias fuentes del placer; de las antítesis, del género delicado, fuerte, sublime; y concluye con la teoría propia de la Ilustración de que el florecer y decaer de las artes coinciden con los de la civilización de un pueblo. Al igual que el Discurso, también este ensayo permanece en la línea de las teorías de Vico.
S. Spellanzon