[Versuch einer kritischen Dichtkunst für die Deutschen]. Manual de poesía publicado en 1730 y 1751 con el añadido de los «Apéndices» en que se reflejan diversas teorías sobre las artes clásicas y modernas, con el fin de educar el gusto de los alemanes a un juicio crítico más preciso de las obras poéticas.
La Poética de Gottsched, que durante un decenio se erigió en autoridad en alemania, ha sido — sobre todo por las reacciones suscitadas en la escuela suiza en torno a lo maravilloso en poesía y más. tarde en Lessing— el punto de partida de varias teorías estéticas y del estudio sistemático de la estética como ciencia: a este hecho se debe la importancia histórica que la obra, inspirada en las teorías del clasicismo francés, presenta hoy todavía. Dividida en dos partes, cada una de doce capítulos, va precedida por la Epístola a los Pisones (v. Sátiras y epístolas) de Horacio, anotada por Gottsched. La primera parte trata de asuntos generales, como el origen de la poesía, el carácter del poeta y su gusto (poder de fantasía, frenada por la inteligencia en la imitación fiel de la naturaleza, y de los modelos clásicos: el gusto poético se aprende, no es una dote innata), las imitaciones y los modos peculiares de ellas, de los que el más destacado es la «invención de la fábula, lo maravilloso», que puede constituir tema de poesía con tal de que se mantenga dentro de los límites de la razón y de la imitación de la naturaleza, sea «divino, humano o de las cosas», lo «verosímil», criterio de juicio al cual deben referirse constantemente los poetas. Siguen otros seis capítulos de menor interés que se ocupan de la forma y de la técnica poética.
En la segunda parte, los primeros ocho capítulos hablan de las divisiones, inútiles para nuestro gusto y a la vez complicadas, de los géneros y de las especies poéticas, entre las< cuales son seguidamente estudiadas de modo particular: la «epopeya» («imitación de un acontecimiento célebre y capaz de interesar a un pueblo entero»; el epos es la forma más elevada de poesía, ya que la fábula moral, núcleo suyo como de toda otra obra poética, tuvo principio, medio y fin en el mismo epos); la tragedia, que debe tener acción, caracteres y léxico, a un tiempo, igual que los epos, pero ateniéndose con severa exactitud a las tres unidades, según una falsa interpretación, derivada de la poética italiana del siglo XVI y de Boileau, de la teoría aristotélica: las ideas expuestas en este capítulo y en el siguiente son las mismas que sin grandes cambios, inspiraron la reforma del teatro alemán; la comedia, que a través de griegos y romanos alcanzó la perfección del género en Francia, por lo que es preciso acudir a la comedia francesa y a los poetas alemanes para buscar modelos con que librarnos de las toscas «Haupt- und Staat- saktionen» y de las «Hanswurstpossen», proponiéndonos como fin, en la representación cómica del vicio, reformar y corregir las costumbres burguesas. Al final de su ensayo el autor arremete contra el arte de la música al que condena sin reservas por su absoluta carencia de finalidad moral y por ser una servil imitación de la naturaleza.
G. Caleccechi Onesti