[Le régne animal distribué d’aprés son organisation]. Obra de George Léopold Cuvier (1769-1832), publicada entre 1815 y 1817.
En ella el célebre naturalista reunió el fruto de sus precedentes e importantísimas investigaciones de sistematización zoológica, consiguiendo ofrecer un cuadro completo de su célebre nueva «clasificación» de las especies animales. Hasta aquella época, la tentativa más amplia para ordenar las especies animales había sido la de Linneo, que había distinguido seis «clases»: Mamíferos, Aves, Reptiles, Peces, Insectos y Gusanos, basándose sobre todo en los diferentes caracteres del aparato reproductor y de la modalidad de la reproducción.
Cuvier advirtió que la última clase era enormemente heterogénea y — después de haber profundizado notablemente, con observaciones que han quedado clásicas, la complicada organización de los Moluscos (babosas, pólipos, etc.) y de algunos Gusanos (sanguijuela, lombriz)—distinguió cuatro «ramas» («embranchements»), teniendo en cuenta sobre todo la estructura del sistema nervioso: los «Vertebrados» (Mamíferos, Aves, Reptiles y Anfibios, Peces); los «Moluscos»; los «Articulados» (Insectos, Crustáceos, Gusanos anélidos) y los «Zoófitos» (Celentéreos, Equinodermos, etc.). Los conceptos que condujeron a Cuvier a fundar este sistema son principalmente dos: el llamado también «ley de la correlación de los órganos», que consiste en considerar todos los órganos en estrecha correlación entre sí, de modo que la forma de uno de ellos determina la de todos los demás (por ejemplo, garras y pico curvo en las Aves rapaces); además, el de la «subordinación de los órganos», que consiste en reconocer mayor importancia a algunos órganos o aparatos, indicada por su mayor constancia de forma en especies distintas. Precisamente el haber reconocido cuatro tipos fundamentales de sistema nervioso fue lo que hizo pensar a Cuvier en la preeminencia del mismo sistema nervioso sobre los demás y en la oportunidad de basar sobre él la clasificación.
El sistema de Cuvier ha dejado una huella indeleble con lá constitución de los grupos de los Vertebrados y los Moluscos. La concepción de un único grupo de articulados, comprendidos los Gusanos anélidos, tuvo escaso éxito, y estudios posteriores llevaron al desmembramiento del grupo heterogéneo de los Zoófitos. La clasificación de Cuvier es, entre los viejos esquemas, la más próxima a la clasificación moderna; denota al mismo tiempo un maravilloso cuidado en la investigación morfológica, que dio al autor de las Investigaciones sobre los huesos fósiles (v.) una fama imperecedera. Hay que advertir que Cuvier, hombre de absolutas creencias religiosas y «creacionista» convencido, no vio con buenos ojos las tendencias evolucionistas de Saint-Hilaire, con cuyas investigaciones (v. Filosofía anatómica) sus estudios presentan, sin embargo, muchos puntos de contacto.
C. Brighenti