[Discorso sull’origine e natura della poesía]. Escrito publicado como apéndice en los Ensayos políticos (v.), en la edición de 1806, y compuesto mientras el autor se hallaba en la cárcel, donde había de permanecer desde el 1797 al 1798, por ser sospechoso de tendencias liberales. El Discurso es sustancialmente una vulgarización de las ideas estéticas contenidas en los Principios de una ciencia nueva, etc. (v. Ciencia nueva) de Vico, sobre las cuales vino a sobreponerse la tesis presentada por Rousseau de una humanidad en estado natural, ingenua y generosa, sedienta de fantasía y feliz. Asimismo, Pagano imagina la humanidad primitiva y salvaje en estado de naturaleza, dotada de muchas y poderosas pasiones y de limitados medios de discernimiento y de expresión. «Al despertarse la inteligencia humana notó no ya la semejanza de las ideas, sino que vio entre todas aquéllas identidad».
Esta confusa acumulación de ideas y sensaciones en la mente humana «engendró la manera de hablar por tropos, por alegorías y ejemplos». Además de la semejanza, fue propia de la humanidad primitiva la tendencia a personificar los atributos o cualidades de las cosas y, en consecuencia, a representarlos mediante imágenes o cuerpos existentes por sí, haciendo abstracción de las cosas con que se hallan enlazados: en otros términos, a divinizarlos. Esta animación de la naturaleza la creó el hombre primitivo mediante el entusiasmo o «furor sacro» extendiendo más allá de sí la propia pasión creadora de imágenes.
Esta primera forma de poesía era predominantemente patética o nostálgica: el poeta, por lo tanto, representaba las pasiones de sus semejantes por analogía con la propia, refiriéndose predominantemente al pasado: la poesía, en consecuencia, fue primeramente épica, una épica acompañada por la danza y la música, que representaba la vida de las virtudes naturales personificadas o divinizadas y de los héroes del pasado. De la épica derivan las otras formas y, en primer término, la dramática. El ensayo termina con una consideración sobre los fines del arte, que habiendo aparecido primero con una intención estrictamente hedonista, consiguió conquistar después una función didáctico social. Fue continuada bajo el título de Ensayo sobre el gusto (v.).
S. Spellanzon