Fueron publicadas por Cesare Guasti en 1877, con el título Cartas de una dama florentina del siglo XV [Lettere di una gentil donna florentina del secolo XV] y con vasto aparato de documentos y de notas historicofilológicas. La colección comprende 72 cartas que Alessandra Macinghi (1407-1471), desde 1422 esposa de Matteo Strozzi, escribió entre 1447 y 1470 a sus hijos Filippo y Lorenzo, desterrados en varias partes de Europa (Brujas, Aviñón, Nápoles). El interés de este epistolario, escrito con ánimo muy ajeno a cualquier propósito literario, procede de que, en pleno florecimiento del humanismo latino o latinizante, pone al lector moderno en contacto directo con el fresco manantial de la lengua viva florentina del siglo XV. Lengua irregular, pero vivaz, de nitidez admirable, y que parece fijar en la página el eco de la lengua hablada (aunque culta), y el calor de la expresión primera, la más sencilla, la menos laboriosa, que acaba por ser también la más certera y eficaz. Alessandra tiene minuciosamente informados a sus hijos de las vicisitudes y los intereses de la casa, con rápidas menciones de parientes o conocidos, o de cosas de la vida ciudadana; madre amorosa y severa, ángel tutelar del hogar doméstico, pero también ama de casa rigidísima, y siempre en la brecha para apuntalar las poco firmes columnas de la casa, cuyos miembros el destino ha dispersado a los cuatro vientos. De este modo, la figura de esta madre tiene algo de heroico y pone de manifiesto en forma sugestiva la gran función conservadora, propia de la mujer: religión de los bienes familiares en que palpita un profundo amor materno. Estas cartas, en fin, ofrecen también un interés de orden histórico: reproducen, desde dentro, y por vía directa, el «clima» de la sociedad florentina de aquel tiempo, clima que suele escapar a la amplia y sintética visión de los historiadores.
D. Mattalía