[Spaccio della bestia trionfante]. Obra filosófica en italiano perteneciente al grupo de los diálogos morales, publicada en 1584, un año antes de la Cábala del caballo Pegaso (v.). Se compone de una epístola explicativa y de tres diálogos subdivididos.
La renovación cosmológica de Copérnico tiene el objetivo de transformar la posición ética del hombre y de regular los valores morales, porque del problema del ente proviene el del conocimiento, y por lo tanto el ético. El problema moral se presenta a Bruno como un proceso análogo al gnoseológico. También el proceso ético, como el gnoseológico, pasa por tres grados: el psicológico, el dialéctico y el racional. En el primero se ponen en evidencia las vicisitudes y los vicios capitales, las pasiones, en forma descriptiva (v. El Candelero), para generar el desdén y el disgusto. En el segundo momento, propio de esta obra, desaparecen los hombres y queda en consideración el sujeto ético, el hombre- El sujeto en dicho momento siente, reconoce y revela a sí mismo su fondo de santidad, por el cual el ser subjetivo se siente íntimamente unido con el ente objetivo.
Ello no excluye que, respecto al punto de vista concreto de la sociedad, se hayan de respetar aquellas formas de moralidad inferiores, obligadas y disciplinadas con reglas y expedientes; de modo que las religiones, sin ser válidas por sí mismas, son validísimas como elementos de consistencia social. El tercer momento del proceso ético, el racional, es en parte objeto de los Heroicos furores (v.). En La expulsión de la bestia triunfante se narra cómo Júpiter, airado al ver descuidado su culto, pone en venta a la bestia triunfante, es decir, los vicios que predominan y conculcan la parte divina de lo creado, vuelve a purgar el alma de los errores y la adorna con la virtud.
Por lo tanto llama a las 48 constelaciones, con las que quiere establecer una reforma. Momo le expone que todo el mal deriva de haber dado a los astros nombres de dioses, cuyas escandalosas aventuras los han hecho objeto del desprecio de los hombres. Propone entonces que sean sustituidos sus nombres por los de virtudes, y Hércules se convierte en el Valor, el Dragón en la Prudencia, Calixto en la Verdad, el Triángulo en la Fidelidad, etc. Aquí Bruno no condena, sino que disciplina, a los afectos naturales, indica el camino de purgación natural y la ascensión de la bestia a hombre. Bajo este aspecto, la obra puede considerarse como una introducción de los Heroicos furores. [Trad. española de José María Rey (Madrid, 1888)].
M. Maggi
Giordano Bruno es el Faetón de la filosofía moderna, que arranca de manos de los antiguos dioses las bridas de los caballos del Sol, corre con ellos, alocadamente, a través del cielo, y se precipita al fin en el abismo. (Windelband)
Si hubiera de caracterizar con una sola fórmula el mundo de Bruno, lo llamaría el mundo moderno todavía en fermentación. (De Sanctis)