[Eratosthenes Batavus]. Célebre ensayo sobre la medición de la Tierra, debido al astrónomo y matemático holandés publicado en 1617.
El título de la obra quiere recordar la célebre medición del radio terrestre efectuada por el sabio alejandrino Eratóstenes (siglo III a. de C.) calculando la longitud del arco comprendido entre Siena y Alejandría. Pero, en realidad, el método seguido por el Eratóstenes holandés resulta distinto y mucho más complicado que el antiguo, ya que se funda en la triangulación, esto es, en el trazado de una serie de triángulos que tengan al menos un lado común dos a dos. Dada la dimensión de un lado (elegido como «base» de la triangulación) y de algunos ángulos, se deduce por medio de cálculos trigonométricos la distancia buscada. Este método, debido al matemático holandés, se emplea, todavía hoy, en la geodesia moderna, con lo que puede afirmarse que fue Snellius el fundador de dicha ciencia.
Empezó los cálculos en 1615, tomando como base un grado del meridiano terrestre, entre Alkmaar y Bergen-op-Zoom, deduciendo que la longitud total de dicho meridiano era, aproximadamente, 38.640.000 metros. Este valor es notablemente inferior al hallado por los cálculos posteriores (40.000.000 m.), lo que debe atribuirse, sobre todo, al hecho de que Snellius adoptó una base de triangulación demasiado corta y usó instrumentos todavía imperfectos. Poco después, Musschenbrok, usando la misma red de triángulos que Snellius, llegó a obtener un valor casi exacto de la longitud del meridiano. En Italia, este método fue perfeccionado por Riccioli y Grimaldi en 1645, y de dicho perfeccionamiento se sirvió luego Picard (1670) para su célebre cálculo del arco de meridiano comprendido entre Villejuif y Juvisy.
Con esta medición terminó la serie de las que se hicieron suponiendo a la Tierra esférica. Como ya es sabido, el siglo XVIII inaugura un período completamente nuevo, caracterizado por la hipótesis, comprobada más tarde, del «achatamiento» terrestre; pero la obra de Snellius, no sólo tiene importancia por la novedad del método geodésico, sino también por su contribución a la trigonometría. Entre otras cosas, se resuelve en ella el problema de los cuatro puntos, conocido impropiamente con el nombre de L. Pothenot (1730): «Dada la posición de los vértices de un triángulo trazado sobre la superficie terrestre, determinar las distancias entre tales vértices y un punto P, conociendo los ángulos que forman entre sí las visuales dirigidas desde P a los vértices dados».
F. Dusi