[Scotasíica]. Comedia en cinco actos, en endecasílabos esdrújulos empezada por Ludovico Ariosto (1474-1533) con el título Studenti (Estudiantes) y terminada con el título Scolastica (Escolástica) por su hermano Gabriel y, con el título Imperfecta, por su hijo Virginio, versión esta última que no ha llegado hasta nosotros.
La trama es muy compleja en su desarrollo, pero sencilla en su esencia: el estudiante Claudio está enamorado de Flaminia, hija de un profesor universitario, Lazzaro. Su amigo Eurialo se siente a su vez enamorado de Ippolita, camarera de una condesa. Ippolita y una anciana ama de llaves, huyen de casa de la condesa y son acogidas en la casa paterna de Eurialo como hija y esposa respectivamente de Lazzaro; en cambio, éstas son acogidas por el dueño de la casa de Claudio, que, convencido por los dos estudiantes, se hace pasar, por padre de Eurialo que era quien tenía que hospedarlas.
A causa de estos cambios nacen y se multiplican los embrollos hasta que Bartolo, padre de Eurialo descubre en Ippolita a la hija de un difunto amigo suyo; y las dobles bodas dan fin a la historia. No se sabe la parte que pueda corresponder a Ariosto en esta comedia sobre la que estuvo pensando durante muchos años; tal como está, queda inferior a Lena (v.) por faltarle en gran parte aquel clima estudiantil que sirvió de inspiración a algunas movidas comedias del siglo XV. De todas formas la observación directa de la vida triunfa decididamente sobre la tradición clásica, especialmente en la caracterización de algunos tipos secundarios, como el del profesor universitario y el de Bonifacio, inquilino de Claudio.
U. Dèttore
Las comedias de Ariosto señalan sin duda alguna una fecha importante dentro de la historia del teatro italiano y de la imitación latina que en ellas prevalecía, es decir, en la historia de la cultura, pero no en la de la poesía, dentro de la cual pierden validez. Ejercicios de repetición y de combinación y por lo mismo enojosos… (B. Croce)
Las comedias de Ariosto cobran una significación muy peculiar en la historia del teatro italiano y quizás incluso en la del teatro europeo. Con ellas el Renacimiento señala el paso de la traducción del teatro de Planto y Terencio a una especie de asimilación aunque no a una forma de originalidad. Pronto se dijo que también en ellas había versos y personajes con el sello inconfundible del autor del Furioso. Pero en conjunto carecen de vigor expresivo y parecen resentirse de la fatiga del tiempo lejano del cual el autor extrae maneras, situaciones y caracteres. El endecasílabo esdrújulo, obligado a reproducir miméticamente el trímetro yámbico de la antigua comedia, resulta débil, monótono e implacable. (F. Flora)