[Épigrarrimes]. Colección de versos escritos por Paul Verlaine (1844-1896), mientras estaba en el hospital de Saint-Louis en junio de 1894, y publicados en el mismo año en París («Bibliothéque artistique et littéraire»). Comprende un total de treinta poemas, los cuales fueron escritos, según su autor, «por un enfermo que quería distraerse un poco y no aburrir demasiado a sus contemporáneos. Se ruega por consiguiente a la posteridad que no vea en él más que un juego». Efectivamente se trata de un pasatiempo, de un juego. Verlaine se divierte preguntándose por todo y por nada:
«¡Bah!, resume tu vida / En el arte sereno y feliz / Del bien que te atrae / Y de la Belleza que no engaña» (I, 6); más adelante se encuentra esta cuarteta: «Tu inconsecuencia vencedora, / Lleva ¿adonde? Mi pobre barca, / Yo soy las leyes de un monarca / Más loco todavía que mi corazón» (VIII). En otra parte sueña con lo que fue la gran tentación de su vida: «Uno acaba por habituarse / A la traición de la mujer: / La vida está hecha de la trama / Que teje para matarnos» (XII). Sin olvidar un asomo de misticismo: «Amo los libros leídos y sabidos, / Estoy loco por las palabras claras, / Adoro la Cruz sin símbolos: / Un cadalso y Jesús encima».
Con brevedad, esta frescura de sentimientos se burla felizmente de la gran poesía parnasiana. Verlaine es decididamente el mejor de los poetas franceses en el género sentimental.