Antonio Azorín, protagonista, forma sus ideas y sentimientos ante las propuestas del padre escolapio Lasarde, del escéptico Juste y de la futura novicia Justina. Ninguno de estos tres personajes espera nada de un mundo en el que han visto morir sus respectivas voluntades. Algo así sucederá con Antonio.
Desde ese estado de negación de la voluntad a que llega Antonio, el personaje destilará una interpretación de la vida, de la historia y del paisaje. En cierta medida Antonio será un representante arquetípico de la llamada generación del 98. Obra en que se anula la acción, está dividida en tres partes.
La primera se desarrolla en Yecla y al final de ella, con Juste ya muerto y Justina ingresada en un convento, el protagonista empieza a sentirse atraído por Iluminada, joven vulgar pero de fuerte voluntad. La segunda narra las andanzas de Antonio Azorín por el mundo cultural de Madrid, mientras la tercera está formada por fragmentos sueltos escritos por Antonio a su retorno a Yecla.
Un epílogo recoge tres cartas de Martínez Ruiz, el autor, a Baroja, en las que se describe la anulación vital del antiguo intelectual, convertido en «Antoñico, el que está casado con doña Iluminada».