[L’esclusa]. Es la primera novela de Luigi Pirandello, publicada en 1901. El autor no tiene todavía la riqueza de motivos y la decidida actitud que irá desarrollando en las novelas breves y luego afirmará en el teatro, sino que busca su camino en el gusto todavía naturalista de la época. Marta, la protagonista, es echada de casa por su marido al sospechar una traición que en realidad se reduce a algunas cartas apasionadas y filosóficas que le dirige un refinado intelectual de la localidad, Gregorio Alvignani diputado en el Parlamento.
Considerada culpable por todos e incluso por su padre, Francesco Ajala, que, cuando la joven se refugia a su lado, se encierra en un aislamiento obstinado arruinando sus negocios muriendo inesperadamente de un ataque al corazón, Marta, después de haber tratado en vano de ganar la vida tranquilamente en el pueblo para sí y para su madre, acepta una plaza de maestra en Palermo. Pero una vez allí, joven, hermosa, rodeada de la admiración y de la galantería de sus colegas, madura en fin para el amor, se convierte verdaderamente en fácil víctima de Alvignani, con el que se encuentra de nuevo por casualidad. Así, cuando Rocco, su marido, convencido al fin de la inocencia de su mujer, corre a llamarla a su lado y encuentra incluso en Alvignani un inesperado patrocinador de la reconciliación, Marta, en un arrebato de envilecimiento y de desesperación, ha de confesarle la verdad.
Y Rocco, aun sintiendo un inesperado horror por la mujer tan deseada, no tiene fuerza para alejarla de su lado y, ante el cadáver de su madre, muerta en la miseria y en el abandono, porque su padre hizo con respecto a ella lo mismo que él está haciendo con Marta, le pide perdón, con vergüenza y violencia, y le suplica que se quede a su lado. El mayor defecto del libro radica en el estilo frío y carente de adornos con que la historia es narrada y reducida casi a una crónica descolorida, aparte de ciertas efusiones sentimentales y psicológicas de mal gusto. Sin embargo, no se le puede negar cierta eficacia de «situación»; el «equívoco» de la vida de la protagonista anticipa directamente muchos personajes posteriores del teatro pirandelliano. En efecto, de la Expiilsada, Pirandello sacó en 1919 la comedia el Hombre, la bestia y la virtud (v.).
M. Alicata
El humorismo de Pirandello no sale de los márgenes del relato, se expresa por completo en la invención, en la casualidad, en el hallazgo. Diríase que, en su mesa, desde el principio, hubo alguna novela francesa de menos y algún filósofo alemán de más. (P. Pancrazi)