[La bonne chanson]. Libro de poemas del autor francés Paul-Marie Verlaine (1844-1896), publicado en 1870. Inspirado por su noviazgo con Mathilde Mauté de Fleurville, expresa la alegría y la ternura del poeta por la criatura que está a punto de entrar en su vida y, al mismo tiempo, el agradecimiento a la naturaleza que le permite dirigir una purísima mirada al encanto de lo creado. En el anhelo de la belleza femenina, de sus sonrisas, de sus besos («La blanca luna» [ «La lune blanche»]), el artista resuelve el estremecimiento de su corazón en un amor delicado por las pequeñas cosas de la vida y en una espera palpitante («El duro trance va a acabar» [«La dure épreuve va finir» ]); la figura de la amada ilumina su existencia y le incita a contemplar los sufrimientos de los humildes, a pensar que sólo en ella encontrará la paz deseada («El ruido de los cabarets» [«Le bruit des cabarets»]). La inspiración ligada a los inminentes esponsales hace que el conjunto conserve cierta facilidad que se manifiesta en musicalidad y en efusiones sentimentales; sin embargo, incluso bajo un tono amablemente descriptivo se advierten acentos humanos, observaciones espontáneas que son bastante significativas en la misma tendencia parnasiana de los primeros libros de Verlaine. Al conjunto, constituido originariamente por veintiuna poesías sin título, hay que añadir tres «Viejas buenas canciones» [«Vieilles bonnes chansons»] de 1869- 1870, insertadas anteriormente en las Confesiones [Confessions] de 1895, y la dedicatoria a la amada que, sin ser impresa, fue publicada en una revista en 1897 y luego en 1913 entre las Obras póstumas [Oeuvres posthumes]. En esas poesías breves Verlaine remacha su ideal de la sencillez de la vida y de dedicar sus afectos a un alma digna.
C. Cordié