[Skify]. Poema lírico publicado en 1915. Blok, uno de los mayores exponentes del simbolismo ruso de comienzos de siglo, se revela aquí como el anunciador de la revolución rusa, enamorado de su patria que se opone con singular potencia al mundo europeo occidental. «Millones sois vosotros. ¡Nosotros somos millones de millones! —dice Blok—. Pues bien, intentad combatirnos: somos los escitas, sí; los asiáticos somos, de ojos oblicuos, llenos de voracidad.
Todo lo amamos: el calor de los números fríos y el don de las visiones divinas; todo lo comprendemos: el agudo espíritu gálico y el tenebroso genio alemán. Amamos el cuerpo, su sabor y color y su perfume sofocante y mortal. ¿Acaso es culpa nuestra si algún día cruje vuestro esqueleto entre nuestras zarpas pesadas? ¡Venid aquí! Venid de los horrores de la guerra a nuestros brazos. Si no es demasiado tarde, volveremos a envainar la antigua espada, oh compañeros, y llegaremos a ser hermanos. Y si no, nada tenemos que perder. También nosotros somos capaces de perfidia.
Nos abriremos paso a través de la bella Europa, de bosques y florestas y os enseñaremos nuestro morro asiático, ¡Oh, viejo mundo! Antes de perderte por completo, antes de que te destruya el tormento, detente sabio, como Edipo delante del antiguo misterio o de la esfinge ¡Es una esfinge, Rusia! Exultante o doliente, empapada de negra sangre, ella te mira con odio y amor. Venid todos, venid a los Urales.
Preparamos el terreno para la batalla contra la salvaje horda mogol. Pero de ahora en adelante ya no os serviremos de escudo… Presenciaremos la mortal batalla con nuestros ojos oblicuos. Por última vez, ¡oh viejo mundo!, a un banquete de paz y trabajo, aun sereno banquete fraternal te llama la lira bárbara, por última vez». El poema suscitó en Rusia una enorme impresión. Expresaba, en efecto, los ideales del bolchevismo naciente. El ritmo de la poesía es violento y dinámico, al igual que la época descrita: en ella, un bárbaro misticismo se junta a un sentimiento violento y orgiástico de la realidad. Trad. italiana de Ettore Lo Gatto (Nápoles, 1920).
G. Kraisky