Recopilación de poesías publicada en dos partes en Madrid en 1617-18. La primera contiene las poesías originales, la mayoría anacreónticas en heptasílabos ágiles y armoniosos, sobre temas acostumbrados de la pastoral clásica: auras acariciantes, aires ligeros, ruiseñores, tórtolas, riachuelos que corren «con pie de plata por arenas de oro», amantes que se besan bajo la vigilancia de Cupido armado de aljaba, con la consabida serie de Celias, Lesbias y Filis acogedoras o retraídas, y el vino, Baco y Venus que asoman en cada estrofa. A menudo el poeta repite con cierta gracia el motivo clásico, como en la oda «Yo vi sobre un tomillo / quejarse un pajarillo» que todavía es obra obligada en las antologías escolares españolas. En el endecasílabo, el dominio del poeta es menos seguro y al enfrentarse con temas históricos se pierde en el preciosismo culterano, como en la oda a Felipe III.
Este defecto es evidente sobre todo en la segunda parte, que contiene, además de sonetos originales, traducciones e imitaciones de Horacio, Propercio, Tibulo, Ausonio y Marcial. El autor llama a estas composiciones «las Latinas» e intenta en ellas insertar la métrica cuantitativa en la poesía castellana. Son notables algunas odas del lib. I de Horacio: «A Lidia cortesana», «A Varrio», «A la Fortuna». Pero sólo en la sáfica alcanza cierta altura rítmica y es famosa la del céfiro: «Dulce vecino de la verde selva». Humanista de sólida cultura, en Villegas la elegancia de la forma no corresponde a una adecuada alma poética y el sentimiento tiende en él a resolverse en un inventario de temas líricos que revive acentuando la musicalidad con un impersonal culto a lo clásico convertido en fórmula.
C. Capasso