Novela de Enrique Pérez Escrich (1829-1897). Pérez Escrich, muy popular en el siglo pasado por sus folletines, estrenó en 1858 un drama titulado El cura de aldea. Su éxito animó al autor, en 1860, a convertir la trama escénica en una prolija serie de entregas novelescas. En la edición de 1895, corregida y reformada por el autor, la novela comprende dos tomos con un total de más de 1.200 páginas. El argumento es muy complicado y tiene como figura central la del Padre Juan, un humilde cura de aldea, trazado convencionalmente y con influencias, reconocidas por el propio novelista, de cierto sector de la literatura francesa: Chateaubriand, Sué, el Jocelyn (v.) de Lamartine, etc.
La acción se inicia en 1837, en un pueblo salmantino, del que es cura párroco el P. Juan. Éste protege los amores de Diego, hijo del alcalde, y María. Roque, que pasa por sobrino del cura, recogido por él durante la invasión francesa, ama también a María, pero se sacrifica por Diego, yendo como sustituto suyo a la guerra, en el transcurso de la cual encuentra a su padre. La campaña carlista da pie a Pérez Escrich para una descripción de las violencias de Cabrera en Maella. El novelista dialoga constantemente con el lector, solicita su atención, busca sus lágrimas, intercala largas digresiones ajenas a la trama, y en algún caso se jacta del éxito que las entregas novelescas van alcanzando, al decir que tiene más de 10.000 suscriptores, lo cual supone aproximadamente 30.000 lectores.
M. Baquero Goyanes