En Luisiana, a orillas del Mississippi, vive un anciano patriarca indio llamado Chactas. Cierto día encuentra a René que, empujado por sus pasiones y desgracias, abandonó Francia. Durante una jornada de caza del castor, Chactas cuenta al nuevo amigo las aventuras de su juventud. Hecho prisionero a los veinte años por una tribu de indios, Chactas es salvado por Atala, una joven india educada cristianamente. Ambos huyen y viven en fraternal amistad en la pradera. Durante una tempestad encuentran refugio en la misión del padre Aubry, quien quiere convertir a Chactas y de este modo hacer posible su matrimonio con Atala. Pero ésta, que había sido consagrada por su madre a la Virgen, temiendo no lograr permanecer fiel a dicha voluntad, se quita la vida. Antes de morir ruega a Chactas que se convierta.