Nació en Könno (Livonia) el 20 de julio de 1880 y murió en Innsbruck el 26 de abril de 1946. Descendía de una antigua familia de barones bálticos, y fue, originariamente, súbdito ruso. Hasta los quince años recibió una instrucción elemental privada. Luego frecuentó el instituto ruso de Pernau, en Estonia. Las primeras inclinaciones del joven Keyserling le llevaban a las ciencias naturales, que habrían de integrar uno de los aspectos característicos y permanentes de su fisonomía, incluso cuando abandonase las ciencias en beneficio de la Filosofía. Estudió ciencias naturales en Ginebra, Dorpat y Heidelberg, y en 1902 graduóse en Geología en Viena. En el curso de este período recibió, en un duelo, una grave herida, que habría de influir decisivamente en su maduración espiritual. En 1903 se hallaba en París, y en 1906 publicó, en Munich, su primer libro, La estructura del mundo. Ensayo de una filosofía crítica [Das Gefüge der Welt. Versuch einer Kritischen Philosophie, 1907], donde, sobre la base de un idealismo intensamente vinculado a Schelling, y aun cuando confirmara la existencia de leyes matemáticas de lo real y lo espiritual, defendía el carácter irreductible de los tres principios o categorías del universo: fuerza, materia y vida.
La obra siguiente, Inmortalidad [Unsterblichkeit. Eine Kritik der Beziehungen zwischen Naturgeschehen und menschlicher Vorstellungswelt, 1907], sometía a un examen crítico todas las tesis tradicionales acerca de la inmortalidad, y afirmaba, en conclusión, y no sin matices místicos, que la base de la inmortalidad es la conciencia del yo metaempírico y supraindividual y no el yo empírico. Madurada su vocación filosófica, nuestro autor quiso consagrarla pidiendo en Berlín la habilitación en Filosofía. Tras un viaje a Grecia, retiróse en 1908 a sus propiedades de Rayküll (Estonia). A esta época pertenece Prolegómenos a la filosofía natural [Prolegomena zur Naturphilosophie, 1910], en los que Keyserling se mueve dentro de los temas tradicionales. En 1911 interrumpió su retiro para llevar a cabo un viaje alrededor del mundo que duró todo un año. Al regreso del mismo publicó La naturaleza de la intuición y su papel en la filosofía [Das Wesen der Intuition und ihre Rolle in der Philosophie, 1912], texto en el cual aparece ya acentuado el irracionalismo del autor. Con la revolución rusa perdió éste no sólo sus bienes sino asimismo la patria. Se trasladó entonces a Alemania, donde en 1919 contrajo matrimonio con una Bismarck.
Este mismo año vio la luz la obra que le dio mayor fama y le reveló filósofo original y prestigioso escritor: El diario de viaje de un filósofo (v.). Aquí Keyserling establece comparaciones entre pueblos, culturas y filosofías, y opone al «fanatismo de la exactitud» propio de Occidente la «conciencia» de la sabiduría oriental, que sabe captar lo invisible en las cosas visibles. En 1920 fundó en Darmstadt la célebre «Escuela de la Sabiduría», que defendía la nueva transformación del filósofo en sabio con la consiguiente intensificación de su poder espiritual gracias a las doctrinas teosóficas y mágicas, y capaz, por lo tanto, de una actuación sobre la realidad e incluso de la resolución de los problemas sociales y políticos. A este objetivo están dedicados los libros de Keyserling La filosofía como arte, 1920 (v.), Conocimiento creador, 1922 (v.), Política, economía y sabiduría (v.) y Renacimiento [Wiedergeburt, 1927 (v.). En 1925 inició una nueva serie de viajes, a la que unió la publicación de numerosos libros, no sólo relacionados con aquéllos: Los presagios de un , mundo nuevo [Die neuentstehende Welt, 1926], Amerika (1930), Meditaciones sudamericanas [Südamerikanische Meditationen, 1932], etc.
De 1934 es La revolución mundial y la responsabilidad del espíritu (v.), ojeada profunda a la crisis de nuestro tiempo. Llegado el nacismo al poder, las teorías de Keyserling no resultaron gratas a la autoridad, y, así, el escritor se vio sometido a una especie de interdicción; las relaciones entre el filósofo y los gobernantes no conocieron una mejora ulterior: en los meses que precedieron a la derrota de Alemania, en efecto, Keyserling hubo de ocultarse en el Tirol para escapar a la muerte.
M. Spagnol