El autor de la Bṛhatkathā (v.) debió de nacer durante los siglos III o IV en Pratişhana (según otros Supratisthita), capital de los Andhra-Bhrtya, situada junto al Godāvarī, en el Decán. Dice la leyenda que G. fue una reencarnación de un «Mālyavat» y disfrutó del favor del rey Śātavāhana hasta que se enemistó con otro poeta cortesano, Śarvavarman, autor de la gramática Kātantra. Cierto día, en efecto, apostó con él sobre la imposibilidad de enseñar el sánscrito al monarca en sólo seis meses y la necesidad, para ello, de emplear por lo menos seis años, y juró no volver a emplear dicha lengua ni tampoco el prácrito si resultaba derrotado. Perdida la apuesta, retiróse a la región de los montes Vindhya, y allí aprendió, de un «5yak$a» llamado Kāṇabhūti, los cuentos de la Bṛhatkathā (narrados antaño por Śiva a Pārvatī, v.) y los escribió en el dialecto local «(paiśācī», recién aprendido.
Luego pensó ofrecer tales relatos al soberano; pero, rechazado con desdén por éste, fue a recitarlos a los pájaros y animales de la selva, e iba quemando el manuscrito a medida que lo leía. El encanto de la narración perturbó la salud de las bestias, que enflaquecían y no daban, así, ocasión a los cocineros de preparar gustosos manjares para el rey. Éste, alarmado por el hecho, puso fin a tan ingrata situación, y de este modo pudieron salvarse todavía una séntima parte de las 700.000 estrofas del original. De acuerdo con la leyenda nepalesa, en cambio, cierto Bhṛṇgin, que había penetrado en forma de abeja en las estancias de Śiva y Pārvatī y oído en ellas los cuentos, renació luego en Mathurā bajo la forma de G. y llegó a verse protegido por Madana, monarca de Ujjayinī; vencido luego por el poeta sarvavarman, resolvió escribir los relatos en «paiśācī», a instancias de un sabio denominado Pulastya. Del dialecto en cuestión, considerado por los indios lenguaje de los demonios y algunos de cuyos textos han llegado hasta nosotros gracias al gramático Hemacandra, nada se sabe. La obra de G. se perdió; pero conservamos otras más recientes escritas en sánscrito, como Bṛhatkathāmañjari (v.), Bṛhatkathāślokasaṃgraha y Kathāsaritsāgara (v.), que son una derivación directa de ella.
O. Botto