Nació en Stavanger el 18 de febrero de 1849 y murió el 6 de abril de 1906 en Bergen. Seguidor de Brandes, fue el gran polemista de los años de transición del romanticismo al naturalismo. Luego de haber estudiado Leyes en la Universidad de Cristianía, dedicóse al comercio; sin embargo, conservó una viva afición a las letras y siguió atentamente vida literaria y política francesa y colaboró en algunos periódicos. Decisivo resultóle el encuentro, ocurrido en París en 1878 con Bjørnson, a quien leyó sus primeros ensayos narrativos, publicados luego con el título Cuentos breves [Novelletter, 1879; Apareció después la novela Garman y Worse [Garman of Worse, 1880], en la que la discusión de temas actuales, llevada a cabo según las normas de Brandes, revela plenamente el ingenio satírico de Kielland.
Más tarde en novelas y cuentos como Trabajadores [Arbeidsfolk 1881], El capitán Worse [Skipper Worse, 1882], Elsa, cuento de Navidad (1881, v.) y Fortuna (1881), la dura pero garbosa polémica dirigida contra las plaga¿ sociales (la burocracia indolente o inerte, la hipócrita moral sexual, la educación dogmática en la escuela y la familia, la corrupción del mundo financiero y el pietismo fanático y reaccionario de Lars Oftedal) llevóle a un radicalismo tan avanzado que la derecha conservadora nególe en el Parlamento la concesión de una pensión oficial. Kielland, mientras tanto, se había trasladado a París, y en otra novela, La fiesta de San Juan [Sankt Hans fest], satirizó de nuevo al fanático pietista Oftedal (presentado con el nombre de Morten Kruse) y a sus partidarios. Vuelto más tarde a Noruega, en 1888, dirigió durante breve tiempo el diario de Stavanger, al par que atendía a la redacción de la extensa novela —la última— Jacob (1891, v.), en la que el motivo bíblico del patriarca burlador de Esaú y Labán con la astucia y el engaño aparece adaptado a la historia del moderno advenedizo Tónnes Snortevold. Elegido aquel mismo año burgomaestre de Stavanger, y luego prefecto de Romsdal, luchó contra la política unionista de Suecia; a pesar de su radicalismo, empero, no se abstuvo de incoherentes manifestaciones de homenaje y sumisión al soberano, en lo cual se parece a Bj0rnson. En 1907, y por iniciativa de éste, fue erigido en el parque de Molde un monumento a su memoria.
M. Gabrieli